En promedio, existe un riesgo del 2% de fuga Manga Gástrica después de la cirugía de la manga gástrica. Normalmente, la aparición de esta complicación está directamente relacionada con la experiencia del cirujano bariátrico. Aparte de esto, los pacientes que no se cuidan bien después de la cirugía también pueden tener fugas.
Una de las complicaciones con mayor trascendencia en procedimientos bariátricos es la fuga gástrica, ya sea debido a dehiscencia de línea de grapado o por perforación gástrica. Estas varían dependiendo del tipo de cirugía, reportándose un mínimo porcentaje en la plicatura gástrica. Se presenta un caso de perforación gástrica secundario a plicatura gástrica con manejo endoscópico con sonda de gastrostomía percutánea con avance yeyunal, así como aplicación de sellador de fibrina.
Si nota uno o más de los síntomas de fuga de manga gástrica, es importante que consulte a su médico o profesional de la salud. La fuga de manga gástrica es un problema de salud grave y debe tratarse rápidamente.
Cada cirugía o tratamiento medico conlleva sus propios riesgos. En el caso de las cirugías de manga gástrica, sus beneficios superan con creces sus riesgos, ya que ayuda a controlar, e incluso superar, diferentes comorbilidades asociadas a la obesidad, como diabetes tipo II, hipertensión, enfermedades cardíacas, infertilidad y muchas más.
El riesgo más grave de someterse a una cirugía bariátrica es el desarrollo de una fuga gastrointestinal. Las operaciones bariátricas habituales que pueden provocar fugas son el bypass gástrico en Y de Roux, el cruce duodenal y, desafortunadamente, la cirugía de manga gástrica. Una fuga gastrointestinal es una de las complicaciones más temidas de la cirugía bariátrica porque conlleva un riesgo significativo de mortalidad y morbilidad, también es difícil de diagnosticar porque sus síntomas pueden variar y porque algunos estudios radiológicos pueden dar resultados engañosos.
Segun un estudio de Infecciones Quirúrgicas del Reino Unido, Una fuga se puede clasificar según el momento de su aparición:
Las fugas también se pueden clasificar según su ubicación o motivo de desarrollo. Algunas fugas se deben a dificultades técnicas durante la cirugía, pero otras se deben a factores relacionados con el paciente, como una mala nutrición, antecedentes de tabaquismo recientes o actuales, cirrosis hepática o insuficiencia renal.
La fiebre, el dolor abdominal y las náuseas/vómitos serán determinantes .Si los síntomas empeoran y no puede ir directamente a la clínica de su médico, llame inmediatamente a su médico bariátrico y asegúrese de que está en contacto con la institución sanitaria a la que acude.
La forma de elegir el adecuado tratamiento médico o quirúrgico del paciente con fuga gastrica depende del tiempo de aparición de la fuga, la localización de la misma y la severidad o magnitud del cuadro clínico. Sin embargo, el manejo depende principalmente del estado hemodinámico del paciente. Pacientes con inestabilidad hemodinámica, fugas tempranas, fístulas complejas o signos de sepsis que no pueden ser controlados a través del manejo conservador requieren reintervención quirúrgica inmediata.
Algunos de los pacientes requieren intervenciones quirúrgicas pero no todos, mientras que otros pueden superar la fuga con tratamientos no quirúrgicos como técnicas de drenaje percutáneo o drenajes profilácticos. Todo esto depende del tipo y la gravedad de la fuga gastrica. Sin embargo, la detección temprana de la fuga es fundamental para una intervención exitosa y para evitar complicaciones graves.
Los médicos cirujanos han de mantener un alto nivel de sospecha ante cualquier síntoma como dolor abdominal, fiebre, taquicardia y dificultad respiratoria tras la cirugía de manga gástrica, y deben examinar minuciosamente al paciente. Para descartar cualquier posible fuga tras la cirugía de manga gástrica, los cirujanos deben realizar pruebas radiográficas o laparoscopias exploradoras y análisis de sangre.
El tratamiento y la intervención de una fuga tras la cirugía de manga gástrica varían en función de la evaluación médica, el momento del diagnóstico y la localización de la fuga.
Durante la hospitalización se realizan unas pruebas para asegurar la hermeticidad del estómago. Esto permite garantizar que no se produzcan fugas de ácido a la cavidad abdominal.
Durante la intervención : La primera prueba se lleva a cabo justo antes de terminar la cirugía. En ella verificamos que la línea de grapado permanece hermética y sin fugas de líquido (o aire) hacia la cavidad abdominal.
Radiografía de control: En esta prueba, se introduce un medio de contraste y comprobamos que el medio de contraste atraviesa únicamente el estómago. Esta prueba nos permite corroborar que no hay fuga hacia el lado donde se colocaron las grapas.
Cuando llega el paciente a su habitación: Por último, se realiza otra prueba con un colorante permite evaluar la tolerancia o el paso de líquido del estómago al intestino.
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